Tiempo de preparación: 20-25 minutos
Precio de los ingredientes: menor de 5€
Dificultad: fácil la cocción, media la mayonesa
Ingredientes:
Para la beschamel:
1/2 cebolla
2 cucharadas de harina
750 ml de leche
Nuez moscada
Pimienta negra molida
Un chorrillo de aceite
Pica la media cebolla muy fino y sofríe. Cuando empiece a transparentar, apártala y reserva. En la misma sartén, cubre el fondo con aceite y añade las dos cucharadas de harina. Con una varilla, remueve hasta disolver toda la harina en el aceite. Pone el fuego medio-alto (7 sobre 10), y remueve mientras esperas a que la harina se empiece a tostar. Cuando cambie de color y empiece a ponerse marrón, es el momento de añadir la cebolla y, sin dejar de remover, ir añadiendo poco a poco la leche y resolviendo los grumos que se vayan formando. Cuando empiece a quedar líquida la mezcla, añade la sal, pimienta y ralla un poco de nuez moscada. Sube el fuego a tope y no dejes de mover la beschamel para que no hierva hasta que quede la consistencia que quieras (hay quien prefiere una beschamel más cremosa, y a quien le gusta más contundente...). Ten en cuenta que cuando se enfríe se volverá bastante más densa, así que no esperes a que esté muy espesa para sacarla del fuego las primeras veces.
TRUCO: Cuanto más fría esté la leche, más fácil será resolver los grumos que se empiezan a formar cuando la vas agregando, así que mejor si tienes el cartón guardado en la nevera.
TRUCO2: En vez de picar la cebolla, también puedes picarla con la batidora o rallarla sobre la sartén y freírla a la vez que la harina. Y, por supuesto, hay quien la hace sin harina.
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